Cuando tu único deseo es poder comer de lo que más te gusta y después de lo que mejor sabes hacer, no hay tiempo para pensar en premios. Sencillamente es algo lejano. Llevo 20 años actuando hasta encima de un futbolín, recuerdo. Así de claro. Así de crudo. Hay un punto de locura, de inconsciencia, dice mi madre. De idiota, por tener pájaros en la cabeza. Ha sido mi suerte. Anoche cuando me daban el premio, me parecía poder estar más cerca de algo, que no sé que es y me invadió una gran felicidad. Sé que cuando estas cosas suceden, hay mucho trabajo detrás. Sin embargo, a mi me parece MAGIA. Gracias Juan Luis Martinez por dirigirme tan bonito, en tu cortometraje, Campo Atrás.